Estamos hablando del Dr. Leo J. Baranski, que trabajó para la North American Aviation Inc. (el precursor de Boeing), intentando crear un dispositivo de microondas enfocado sobre el ATP (trifosfato de adenosina, el nucleótido fundamental en la obtención de energía célular) y cuyo objetivo era liberar la energía vital del cuerpo mediante las frecuencias de resonancia.
Según se sabe, el Dr. Baranski habría descubierto en sus estudios y experimentos con animales que en función del enfoque que se le diera a esa tecnología, tenía la capacidad potencial de duplicar la vida, o alternativamente, matar a millones de personas.
La misma tecnología, a juicio de Baranski, incluso se podría utilizar para crear un suministro de energía capaz de competir con la energía nuclear. De hecho, la energía de las microondas podía ser transmitida a largas distancias, con la capacidad, en 1963, de llegar hasta la luna.
Sin embargo, los prometedores trabajos, teorías e investigaciones del Dr. Baranski con las frecuencias de resonancia, así como su investigación en profundidad en la física teórica y la Teoría del Campo Unificado, que realizó con el ingeniero y financiero Lancelot Law Whyte y con el Dr. Albert Einstein, prácticamente se han perdido para la historia. De hecho se puede decir que han sido casi borradas, como si nunca se hubieran producido.
Por poner un ejemplo acerca de la misteriosa eliminación de los trabajos de Baranski, se puede decir que Leo Baranski ni siquiera dispone de una entrada de Wikipedia, y sólo es mencionado brevemente a pie de página en un artículo dedicado a su colega Lancelot Law Whyte, a pesar de que las investigaciones de Baranski en 1963, fueron los suficientemente llamativas como para generar un importante artículo en Associated Press, titulado: “Un científico probará una arma de rayos sobre sí mismo”, que fue publicado en la revista Newsweek, el 4 de marzo de 1963:
Por si esto fuera poco, las credenciales del Baranski son extensas: fue profesor en psicología en la Universidad Luterana de California, realizó un doctorado en Princeton y trabajó como científico en la North American Aviation, Inc.
Avión cohete X-15
Baranski trabajó en el programa “Man in Space” y colaboró con la NASA, la Fuerza Aérea y la Marina de los Estados Unidos al tiempo que ayudó a diseñar la serie de aviones cohete X-15, el bombardero RS-70 (XB-70 Valkyrie) y la nave Apolo enviada a la luna. También trabajó en sus investigaciones con Albert Einstein, y pasó tiempo investigando con él en el Instituto Max Planck.
Bombardero XB-70 Valkyrie
Al igual que sucedió con otros científicos que exploraron el campo de las frecuencias de resonancia, como fueron Nikola Tesla y Royal Raymond Rife, las implicaciones de las investigaciones del Dr. Baranski probablemente fueron consideradas “inconvenientes” por los poderes fácticos.
Royal Raymond Rife
Baranski tuvo una muerte extremadamente sospechosa y prematura en 1971, a los 45 años. Cayó enfermo en un viernes del mes de agosto, entró en el hospital y murió de “leucemia aguda” el lunes siguiente.
Antes de su muerte, el Dr. Baranski había estado trabajando en una serie de tres libros sobre la Teoría del Campo Unificado, y había planeado una mayor colaboración con Lancelot Law Whyte, 25 años mayor que él, que murió el año siguiente, en 1972.
Lancelot Law White
Whyte y Baranski creían que sus avances en la Teoría del Campo Unificado eran la clave para la comprensión y la utilización de la energía libre.
La posibilidad de aprovechar la “energía libre” ha demostrado ser, históricamente, algo no deseado por los gobernantes, y por lo tanto ha sido ocultado de forma sistemática, hasta el punto de que actualmente, tales teorías sólo son seguidas por unos pocos, que con demasiada frecuencia son etiquetados como marginados, excéntricos o extraños.
Algunos investigadores que han tratado de reconstruir los hallazgos ocultados de Baranski, sugieren que los avances logrados por Baranski y Whyte iban a ser destinados a construir armas para el complejo industrial militar, en contra de los deseos de los científicos, algo que podría haber resultado determinante en su muerte prematura.
Esto es lo que afirma uno de estos investigadores, que se hace llamar Dr. James Watson (posiblemente un pseudónimo) en su página de internet:
Baranski fue secretamente reclutado por la División aeroespacial de la North American Aviation, CalTech y el JPL (el laboratorio de propulsión a chorro de la NASA), donde durante dos años, gestionó un gran Centro de investigación con Primates y estuvo directamente involucrado en implantar controles en los cerebros de estos animales. Supuestamente, su objetivo era transferir procesos mentales de los seres humanos a los primates…y debido a las frecuencias utilizadas en los experimentos, mató a muchos de ellos…, posteriormente, la Marina de los EE.UU. le pidió, a través de sus empleadores, que desarrollara un sistema de armas basadas en estas frecuencias biológicamente sensibles capaces de matar a los animales.
Fue entonces cuando diseñó, desarrolló y construyó generadores de onda cuadrada, reproduciendo las frecuencias de resonancia generadas por la Corona Solar hace 5 millones de años. Se cree que estas frecuencias interactuaron con las cuencas volcánicas de la tierra, que contenían pirofosfatos y otros productos químicos, y actuaron como un catalizador que provocó el desarrollo del nucleótido ATP, trifosfato de adenosina, que produce el 50% de la energía libre y que es esencial en la formación de la vida misma. Su trabajo en el desarrollo de este sistema se hizo evidente en los resultados obtenidos con los primates, ya que dio lugar a la ruptura de los enlaces de las proteínas moleculares de las células del cerebro de los animales, hecho que les causó la muerte.
Pronto se hizo evidente que esta tecnología sería utilizada con fines meramente destructivos y Baranski no quería que se les diera este uso. Fue entonces cuando se negó a seguir cooperando y…tuvo una muerte horrible, envuelta “en circunstancias sospechosas”.
Posteriormente, su hijo también se convirtió en físico…y también murió “en circunstancias sospechosas”.
Resulta muy extraño que todos los científicos que se involucraron en la “Teoría del Campo Unificado” de manera independiente, tuvieran muertes accidentales o fallecieran a edades tempranas de ataques al corazón, sin aparentes historiales de afecciones cardíacas, como por ejemplo, David Bohm, físico en Berkeley que trabajó en este campo, que también conoció a Baranski y que trabajó con él en la Universidad de California Berkeley.
A estas alturas se hace muy difícil saber hasta dónde llegaron las investigaciones de Baranski y que influencia podrían haber tenido en el desarrollo de fuentes de energía, armamento o técnicas médicas.
Tampoco sabemos hasta qué punto podemos fiarnos de mucha de la información que circula por Internet al respecto.
Lo que nadie puede discutir, sin embargo, es que la historia de la ciencia moderna está repleta de científicos cuyos hallazgos han sido acallados por resultar potencialmente desestabilizadores para los intereses de las élites que controlan el suministro de energía o el desarrollo de armamento…
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